¿Más mujer que madre?

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Escrito por Alexandra Galarza

Hay múltiples dichos o frases que se instauran en nuestra sociedad y que representan cómo esta ve el mundo, algunas de ellas muy arcaicas y otras pocas más bien certeras. Sin embargo, hay una en particular que ha calado muy profundo en mí y en mi experiencia siendo madre desde hace 12 años: “Es más mujer que madre”.

Esta es la frase que utilizan algunas personas para referirse a una mujer (o persona socializada mujer) que ha tenido o tiene otras prioridades antes que la maternidad, las cuales van desde actividades de recreación, tales como ir a alguna fiesta, bar, discoteca, pollada o reunión, hasta asistir a algún encuentro social con amigas(os) o pareja.

Y es que, como madres, se nos ha otorgado el rol de cuidadora, o más bien de mártir, a aquellas personas que dan “todo por amor”, que todo lo pueden, que se sacrifican por sus hijxs y siempre con una sonrisa. Una figura clave en el imaginario social es “la virgen María”, quien incluso fue madre sin necesidad de mantener relaciones sexuales, manteniendo así la imagen pura y casta que, por años, se nos ha exigido a las madres. Ella es el claro ejemplo de lo normalizado que está para nuestra sociedad ponernos a las madres en un pedestal muy difícil, por no decir; imposible, de lograr.

Entonces, es así como ser mujer o lo que la sociedad asocia a ser “más mujer”, lo que significa que priorizar nuestras necesidades de recreación, diversión, ocio y sexoafectivas representa dejar de lado nuestra maternidad, porque ambos conceptos no pueden ir de la mano según algunos sectores conservadores.

Lo cierto es que estos conceptos e incluso estas actividades no están ni tienen que estar separadas una de otra. Podemos ejercer nuestra maternidad y aún así priorizar salir con amigxs o nuestra pareja (aun si esta no es el padre o progenitor de nuestra cría), beber hasta el día siguiente, bailar, cantar o cualquier actividad que nos genere placer. Lo que les molesta a muchas personas es que nuestra maternidad no sea sinónimo de sacrificio y dolor, y si bien la maternidad está llena de aristas y retos, podemos (y merecemos) ejercer nuestro derecho a ser seres individuales e independientes, sin que eso signifique ser irresponsables o “malas madres”.

¿Se puede ser más mujer que madre? La respuesta, en mi opinión, es no.

Soy, antes que cualquier constructo social, un ser individual, con sueños, ambiciones y metas, pero también con deseos, ganas de relacionarme y de vivir plenamente mi vida romántica y/o sexual con total libertad.

El programa de voluntariado es posible gracias al apoyo de Cuso Internacional y al Gobierno de Canadá