Mi panda rojo, mi decisión

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Escrito por Clau. Gorila morada, espalda plateada.

Todas hemos sentido que tenemos un monstruo por salir desde lo más profundo de nuestro ser en algún momento de nuestras vidas en una discusión con alguien cercano, en una pelea con la pareja o frente a una situación injusta. Y nos hemos manejado de la mejor manera porque siempre escuchamos “una niña nunca maldice”, “una niña es dulce”, “una niña no pelea” … y nos contenemos, y nos callamos.

Este año, llegó a nuestros hogares una película que nos dijo que está bien convivir con el monstruo, que está bien ser una misma y que está bien dejar salir al panda rojo que todas tenemos dentro. En palabras de la directora del film Domee Shi, “a las mujeres toda la vida se nos ha enseñado que debemos ser calladas, tranquilas, no llamar mucho la atención. Nos han enseñado a controlar nuestro panda rojo.” Y es que, tras siglos de silencio y contención, estamos finalmente despertando. Estas nuevas generaciones que ahora salimos a expresarnos en protestas y marchas, somos la pequeña protagonista que acepta su panda, que se rebela a la tradición familiar y que teje lazos sororos con las mujeres que las rodean – en la peli, sus amigas y las tías – y estamos aprendiendo que “calladitas, no se nos ve más bonitas”. Estamos aprendiendo a ser una con nuestra panda.

Este universo femenino que vemos en la película Red de Pixar ha sido tan necesario como esperado. No solo porque revalora los lazos de sororidad que tenemos cerca, sino porque empodera a las nuevas generaciones de niñas que la están viendo y que se identifican con la hermosa, complicada y hasta bochornosa – porque así nos lo pintaron – etapa de la adolescencia. Era necesario que venga una peli para que miles de niñas en todo el mundo empiecen a reconocer su fortaleza, su aceptación, hacer valer su decisión, estar conscientes de que su cuerpo es suyo y de nadie más: “Mi panda, mi decisión”.

¿No has visto la peli aún? Chapa a tus amigas, a tu madre, a tus hijas…pañuelitos desechables y a verla. Yo ya acepté a mi panda rojo. ¿Y tú?

El programa del voluntariado es posible gracias al apoyo de Cuso International y al Gobierno de Canadá.